Por María Gutiérrez
El 13 de enero se conmemora cada año el Día Mundial de la Lucha contra la Depresión.
En la actualidad, la depresión es una de las enfermedades más frecuentes en todo el mundo, llegando a afectar a más de 300 millones de personas. Esta enfermedad puede dificultar gravemente la vida laboral, escolar y familiar de quienes la padecen. Su estado más crítico puede desembocar en suicidio. Y según la Organización Mundial de la Salud (OMS), “cada año se suicidan cerca de 800 000 personas, y el suicidio es la segunda causa de muerte en el grupo etario de 15 a 29 años.”
La OMS añade que “para el año 2030 la depresión sería la principal causa de discapacidad en todo el mundo.”
Sin duda, uno de los mayores obstáculos a la hora de prevenir y tratar la depresión es la falta de recursos y de personal sanitario capacitado en el área de atención primaria y en la de salud mental. Una detección precoz posibilita una evaluación y tratamiento adecuado, un factor clave para ganar la lucha contra este problema de salud mental que cada vez se torna más estigmatizada.
Factores sociales, psicológicos y biológicos, así como experimentar episodios vitales adversos (desempleo, luto, problemas sentimentales, …) pueden dar como resultado una depresión en probabilidades muy altas.
Desde la Fundación SOYCOMOTU®, reivindicamos la imperiosa necesidad de una sanidad pública más competente ampliando el número de profesionales y de recursos para, de este modo, poder ofrecer un servicio de prevención y actuación eficaz a todas las personas que lo demanden independientemente de su situación socioeconómica. Porque la salud mental es cosa de todas/os y nos puede pasar a cualquiera.
