Por Óscar Guerrero, sociólogo, docente de Fundación SOYCOMOTU
Dentro del Programa Anual de Talleres, que promueven la participación y la inclusión en la sociedad, nos encontramos con el Taller de Activismo en salud mental donde quienes participamos buscamos generar espacios de reflexión y de construcción de pensamiento crítico para pensar estrategias de lucha contra el estigma.
En estos momentos parece que la preocupación por la salud mental ha cobrado fuerza a favor del bienestar psicológico de las personas. Son cada vez más los movimientos que alzan la voz para reclamar derechos y mejores condiciones en la atención de la salud mental, al tiempo que se intenta que la sociedad cambie las formas de entender el rol de “enfermo mental o discapacitado” por el rol de personas ciudadanas de pleno derecho.
En el Taller de Activismo, hemos recopilado algunas ideas que hemos aprendido a partir de las acciones en la comunidad para invitar a más personas a defender los derechos por la salud mental en todo el mundo. Si buscas despertar al activista que llevas dentro para empoderar a más personas, debes tener en cuenta estos cinco elementos:
1. Ser incluyente es indispensable
El trabajo en el taller es un constante encuentro de historias, saberes, opiniones y visiones entre personas también muy diferentes. Una idea difícil de olvidar es que vivimos en un mundo también diverso en el que tratar de influenciar a todas las personas sería una labor imposible. Como activista, es importante entender que somos diferentes y eso es una potente herramienta para apoyarnos y aprender a obtener lo mejor de cada uno, independientemente de las diferencias.
Prepararte para escuchar, recordar evitar acaparar la conversación y brindar respuestas cortas para dar espacio a los demás son siempre buenas ideas en la labor de incluir a más personas en la lucha por la salud mental.
2. Tendrás que ser abierto a las críticas
Responder de manera poco cortés frente cuando una persona responde de manera desagradable ante nuestra comunicación, es una manera de comunicar que generalmente no suele llegar a buenos términos. Ante esto, muchas veces conviene que estemos preparados con la mente clara en saber ¿Qué respuesta puede llevarnos a mejor camino hacia la lucha contra los estigmas en salud mental? Habrá que seguir pensando que muchas son las personas que no piensan como nosotros y será un gran avance salir de la lógica de la comunicación confrontada hacia una posibilidad de escucha mutua.
3. Prepárate para las responsabilidades compartidas
Cuando se pertenece a un grupo de personas con lazos afines y valores compartidos, es normal que los individualismos y protagonismos cedan el paso a la construcción de un trabajo en red, donde cada persona aporta de distintas maneras y según sus alcances. Quizá esta forma de trabajo no suele ser con la que estamos acostumbrados, pero el trabajo colaborativo genera un ambiente de convivencia y motivación grupal, donde para hacer “más con menos” se abre paso a la innovación, mirando nuevas maneras de aprovechar los recursos, que también son diversos y descubriendo el gran potencial que cada persona puede dar.
4. La paciencia es una virtud
Si bien el activismo requiere de acciones clave y eficientes, muchas veces tomar las cosas con serenidad es una parte necesaria no sólo para reflexionar y disfrutar la importancia de cada momento sino para lograr un aprendizaje más profundo. Muchas veces dedicar tiempo a conocer la situación, o a las demás personas, aunque no veamos resultados inmediatos, construye proyectos más sólidos que serán también necesarios si queremos crear cambios a largo plazo.
5. Explota tu creatividad al máximo
Sin lugar a dudas, un grupo de activismo es un espacio en donde será fundamental que una y otra vez intentemos nuevas posibilidades para afrontar los distintos retos. Y en el tema de la salud mental, para que el mensaje pueda llegar a diferentes personas y lugares, intentando conectar con sus intereses y buscando modificar ideas y formas de actuar para eliminar los actuales estigmas hacia las personas con diversidad en la salud mental.
¡Ser activista es también buscar resolver de manera creativa!
Finalmente, estas son tan sólo unas primeras ideas que con la práctica hemos aprendido desde el Taller de Activismo, entendiendo que no debe tratarse sobre nosotros, sino de lograr que más personas vean la importancia de cuidar la salud mental ya que esto genera un efecto exponencial que impactará en nuestra sociedad.


