El pasado 17 de octubre se celebró en la Facultad de Turismo de la UMU un Cinefórum con motivo del Día Mundial de la Salud y el Proyecto ODSesiones desarrollado por la Universidad de Murcia. La actividad consistió en el visionado de la película Lars y una chica de verdad (2007), propuesta por el Taller de Activismo de la Fundación SOYCOMOTU ; y prosiguió con un coloquio a cargo de Oscar Guerrero, sociólogo y activista de la Fundación SOYCOMOTU y María de la Paz Santiago, artista y coordinadora de formación en la Fundación. El evento contó además con la representación de la Universidad de Murcia, quienes explicaron su programa de ODSesiones y en concreto el ODS11, que demanda que las ciudades y los asentamientos humanos deben ser inclusivos, seguros y sostenibles.
Lars y una chica de verdad, dirigida en 2007 por Craig Gillespie y protagonizada por Ryan Gosling, es una comedia con tintes dramáticos que nos conduce a reflexionar sobre la construcción de una comunidad dentro de las ciudades y sobre la actitud que mantenemos ante las personas neurodivergentes y/o con problemas de salud mental. La elección de la película corresponde con los objetivos de ambas propuestas y deja caer tres grandes conceptos sobre la mesa: la resiliencia, el arte y los espacios.
Durante el coloquio, tanto los ponentes como el público compartieron varias ideas de gran interés entorno a estos y muchos otros conceptos. El ponente Oscar Guerrero, incidió en la representación que la película hace de los espacios, y como estos muestran el mundo subjetivo del personaje, así como el funcionamiento de la sociedad. A este parecer, se debatió sobre la diferencia entre integración e inclusión, comentando el discurso que la propia película hace sobre estos dos conceptos. La integración consiste en la coexistencia de varios grupos de manera segmentada, es decir, aunque compartan un mismo espacio, ese espacio está segregado. La inclusión sin embargo concibe el espacio como uno solo, con independencia de las diferencias que existen entre cada uno, cediendo las mismas oportunidades y tratándonos por igual. En la película vemos que la sociedad nunca llega a ser inclusiva, pues a pesar de que se crea progresivamente una cierta comunidad, los ciudadanos mantienen segregado a Lars por su neurodivergencia.
La ciudad tiene que ser sostenible en términos económicos, medioambientes y sociales. Tiene que ofrecer una gran cantidad de espacios para la diversidad que existe y además, estos espacios no deben ser segregados; deben ser compartidos, abiertos e inclusivos.
La ponente María de la Paz Santiago realizó además un maravilloso comentario acerca del apartado artístico y su contenido simbólico para representar el universo personal del protagonista y su relación con el entorno. Al inicio de la película observamos tonalidades frías, planos cerrados y espacios asépticos e impersonales. No obstante, conforme el film avanza y Lars comienza a integrarse en la comunidad, los planos se vuelven más abiertos y reinan tonalidades más cálidas.
Durante el coloquio surgieron intervenciones muy interesantes. Entre ellas una reflexión sobre por qué hay personas que ante situaciones similares desarrollan un problema de salud mental mientras que otras no. A este parecer debemos tener presente que somos distintos y que las situaciones no nos afectan a todos de igual modo. Lo importante es entender que no es una cuestión de culpas o responsabilidades, pues usualmente buscamos señalar a un culpable. Tener un problema de salud mental es algo que puede ocurrir (o no), y tenerlo no nos hace peores.
Con respecto al potencial del arte como herramienta de transformación de la sociedad es interesante comentar lo arriesgado en la propuesta que ofrece esta película, pues se abarcan temas que son tabú (especialmente para la época) como es el caso de la salud mental. En este sentido, el uso de la comedia es clave para que se establezca un acercamiento con el público, pues resulta más accesible y llamativo, a la par que cuenta con su objetivo de divulgación. Esto último recuerda al propio tratamiento que elabora la doctora con Lars, que no se sigue de las convenciones establecidas, sino que es arriesgado e innovador, pues en la innovación está el progreso.
A modo de cierre, se comentó la simbología que utiliza la película, especialmente la referida a las prendas de ropa. Lars muestra a través de ellas las capas emocionales que tiene. La ropa en este caso se convierte en una coraza ante el contacto físico y emocional que le fue privado de pequeño. Su apertura a la comunidad, pese a que responde al concepto de integración, hace que él mismo se vaya desprendiendo de esas capas. ¿Imaginas lo que sería posible si viviéramos en una sociedad inclusiva?
Desde Fundación SOYCOMOTU luchamos por acabar con el estigma, con todas aquellas barreras que crea y que ponen distancia entre nosotros. Barreras que se manifiestan en forma de prejuicios y que evitan que abramos la mente para ser capaces de vivir sin coraza.


