Dra. Mª Nieves Martínez-Hidalgo
Cuando se lee la sinopsis de la película estadounidense titulada Lars y una chica de verdad y realizada por Craig Gillespie en el año 2007, posiblemente acudan a la mente ciertas dudas acerca del interés que puede albergar. Puedes pensar que se trata de una comedia de humor absurdo. Sin embargo, tras su visionado, la impresión es bien distinta y entonces se comprende esa nominación al Oscar al mejor guión original escrito por Nancy Oliver. La guionista y el director consiguen que veamos a Lars como un ser humano y no como un individuo que ha perdido la cabeza por una muñeca hinchable. Ambos nos regalan un cuento fantástico, un cuento terapeútico que nos hace confiar en nosotros mismos y un poco más en los demás. ¡Quién podría imaginar que todos los vecinos de una pequeña localidad iban a estar dispuestos a ayudar a un joven con graves problemas de salud mental!
Hace muchos años, mi abuela Braulia, de la que aprendí tantas cosas, me contaba uno de los numerosos refranes que solía utilizar en nuestras conversaciones, a saber: “Durante el parto la muerte pasa dos veces por debajo de la cama”, señalando el doble peligro de muerte del hijo y de la madre en torno al momento del nacimiento. Lars perdió a su madre en estas circunstancias, su padre entró en depresión y su hermano abandonó el hogar familiar en cuanto pudo. El trauma vivido llevó a que Lars se alejase de las relaciones humanas, se mostrase esquivo y distante y llegase a tener hafefobia, evitando cualquier tipo de contacto físico con otras personas.
En la película, vemos cómo Lars, anticipando el sufrimiento que puede acaecer ante la pérdida de un ser querido, evita profundizar en el amor. Le vemos luchar para no enamorarse de su nueva compañera de trabajo. Sin embargo, hay algo a lo que no va a poder escapar: el embarazo de su cuñada que le va a colocar en la difícil situación de revivir el trauma de su infancia y enfrentarse de nuevo al terror de una posible pérdida afectiva.
Es cierto que la naturaleza humana es muy sabia y Lars encuentra de forma inconsciente la solución a su problema: elabora un delirio que va a actuar como un antídoto frente a sus miedos. Un delirio que le permite construir un puente entre su personalidad esquizoide o autista y el mundo social. Bianca no es una chica real de carne y hueso como las demás. Bianca es una chica de goma y aire que nunca le abandonará y que además le facilitará las relaciones sociales y le permitirá acercarse cada vez más a los seres humanos reales. Esta maravillosa y original creación de la mente de Lars consigue también que los vecinos, a pesar de sus diferencias, se unan, cooperen en un proyecto común: la recuperación de la salud de este muchacho reservado e introvertido. En este sentido, la guionista y el director parecen sugerirnos también los beneficios y el enriquecimiento humano que se consiguen al abrazar la diversidad.
Lars es un hombre trabajador, responsable y bondadoso, apreciado por sus vecinos que le aceptan con sus tics y con sus peculiaridades y le apoyan en su proceso de recuperación. En esta película vemos una puesta en escena y un despliegue de medios y de actitudes prosociales en familiares, compañeros de trabajo y vecinos hacia una persona que presenta problemas de salud mental que serían totalmente impensables en una sociedad como la actual en la que predomina el valor del individualismo y la competitividad y en la que para sentir que pertenecemos al grupo de los fuertes, rechazamos y excluimos de nuestras vidas a todos aquellos que son diferentes, incluso aunque formen parte de nuestra propia familia.
Y cabría preguntarse de dónde vienen los estereotipos, las creencias erróneas y las actitudes negativas y estigmatizantes hacia los que son diferentes. Los seres humanos no vienen al mundo con una caja llena de prejuicios, pero sí llegan a la vida con una serie de debilidades y miedos que le conducen a etiquetar y clasificar a las personas construyendo muros para protegerse de posibles peligros. En el proceso de estigmatización participan la sociedad, los profesionales de la salud y de la educación, la familia, el cine y los medios de comunicación. Por eso es tan importante sensibilizar y educar en salud mental.
5 Comments
Carlos
Gracias Nieves por esta crítica tan acertada. Quizá la idea central de la película, que un pueblo actúe en conjunto hacia la inclusión de una persona con un problema de salud mental, sólo sea una mera utopía en esta sociedad enferma. Pero hay que seguir luchando para cambiar las actitudes de rechazo hacia los que son diferentes. Si se rodaran y dieran voz a más películas tan valientes como esta otro gallo cantaría.
Nieves Martínez
Un placer contar con el apoyo de personas tan sensibles a estos temas. Entre todos, quizás podamos conseguir que algo se mueva, aunque sea lentamente. Gracias por tus palabras
Mireya Martínez Fernández
Poco a poco se le da la importancia que merece. Maravillosa película
M. Nieves Martínez Hidalgo
Me alegro que te haya gustado. A mi, personalmente, me fascina-
Javlur
Estoy en la escena donde llega la chica real a su casa. He tenido que parar para buscar información sovre este trastorno..que me resulta muy familiar y así aprovechar la cinta mejor. He leído tanto la crítica como los comentarios. Bravo! Hay esperanza! Gracias.