Por Mª Nieves Martínez-Hidalgo
Presidenta Fundación SoyComotu
“La incorporación de una ekphrasis, el retrato que pintó Velázquez al enano Lezcanillo llamado “El niño de Vallecas”, descodifica el sentido del poema de León Felipe “Pie para el niño de Vallecas de Velázquez”, incorporando elementos dramáticos que dan, a la representación pictórica, intensidad y dinamismo. Por eso, gracias al epígrafe, el yo lírico apela a la necesidad de un compromiso ante la injusticia y lo hace mediante la remisión a la disputa cervantina de la “bacía” o del “baciyelmo” (Chen, 2004).
A continuación el poema de León Felipe “Pie para el niño de Vallecas de Velázquez”, poema en el que, según una participante del Taller de Literatura y Escritura Creativa, y cito textualmente: “estamos presentes todos nosotros* y tú** te conviertes en la voz del poeta” *los participantes del taller **Mikel, monitor del taller
Bacía, Yelmo, Halo.
Este es el orden, Sancho.
De aquí no se va nadie.
Mientras esta cabeza rota
del Niño de Vallecas exista,
de aquí no se va nadie. Nadie.
Ni el místico ni el suicida.
Antes hay que deshacer este entuerto,
antes hay que resolver este enigma.
Y hay que resolverlo entre todos,
y hay que resolverlo sin cobardía,
sin huir
con unas alas de percalina
o haciendo un agujero
en la tarima.
De aquí no se va nadie. Nadie.
Ni el místico ni el suicida.
Y es inútil,
inútil toda huida
(ni por abajo
ni por arriba).
Se vuelve siempre. Siempre.
Hasta que un día (¡un buen día!)
el yelmo de Mambrino
halo ya, no yelmo ni bacía
se acomode a las sienes de Sancho
y a las tuyas y a las mías
como pintiparado,
como hecho a la medida.
Entonces nos iremos todos
por las bambalinas.
Tú, y yo, y Sancho, y el Niño de Vallecas,
y el místico, y el suicida.
un comentario
mikel
Querida Nieves,
¡Es una entrada fantástica!
El poema al que la participante hace referencia y que generosamente has querido compartir con nosotros es precioso. Muchas gracias
El texto y el poema me han remitido, a su vez, a una de las estrofas del Poema “Palabras para Julia” de José Agustín Goytisolo que dice así:
“(…)
Un hombre solo, una mujer
así tomados, de uno en uno
son como polvo, no son nada.
(…)”
Y es que, en mi opinión, una persona sola tiende a extraviarse en la inmensidad del tiempo y del espacio, en la nebulosa del instante presente; pero acompañada del otro, cuando ambos deciden voluntaria y libremente compartir su soledad, el horizonte como futuro, como proyecto y como destino se descubre ante ellos, y el encuentro intensifica el hecho manifiesto e insustituible de estar vivos.
El taller, a nivel personal, me ofrece la oportunidad de reparar, revisar y mejorar la verdadera esencia del encuentro y la comunicación entre las personas y me siento privilegiado por tener esta oportunidad. Pienso que si no recupero la calidad y calidez del encuentro con los otros, siendo éstos “otros” alguien distinto a mí, no lograré hacer realidad ninguno de mis sueños.
Un abrazo afectuoso.