Por Mikel Quetglas y Ofelia, voluntarios, y Mª Jesús y Alba, participantes del Taller de Literatura Soycomotu®
Fundación SoyComotu
“Creo que el cine debe estimular al público a pensar de modo distinto. Hay quien lo hace mediante el escándalo pero a mí me interesa cambiar el punto de vista lentamente, poner nervioso al público, preocuparlo hasta que se pregunte: ¿Pero qué está pasando?”. Therry Guilliam
La película “El rey pescador” fue dirigida por Terry Gilliam, uno de los ex componentes del grupo de “Los Monty Phyton”, y estrenada en 1991 con gran éxito de crítica y público. Sus protagonistas principales son Robin Williams (Perry, el vagabundo), Jeff Bridges (Jack, el famoso locutor de radio), Mercedes Ruehl (La novia de Jack. Recibiría el Óscar a la mejor actriz de reparto, en 1992) y Amanda Plummer (mujer de la que se enamora Perry).
La película está basada en la leyenda artúrica del Santo Grial que nos relata la historia de un cuento medieval ubicado en la ciudad de Manhattan de finales del siglo XX. Nos describe una visión contemporánea de la figura legendaria del “Rey Pescador”, un rey herido y castrado, impotente para gobernar y reavivar su propio reino, cuyo destino es custodiar el Santo Grial y a quien sólo podrá curar de sus heridas el “Elegido”, un caballero puro y auténtico quien sanará sus heridas con el agua vertida dentro de la copa del Grial.
Terry Gilliam ya había mostrado su interés por este tipo de relatos siendo co-director de una de las películas de los Monty Phyton “Los caballeros de la mesa cuadrada y sus locos seguidores”, estrenada en 1975.
La película narra la historia de Jack, un exitoso locutor de radio que cae en desgracia tras ser considerado responsable indirecto del asesinato de siete personas en un restaurante de moda por un psicópata oyente habitual del programa. Entre las víctimas se encuentra la mujer de Perry, un profesor de literatura medieval que tras la pérdida de su mujer su vida queda profundamente marcada. Este hecho traumático e imprevisible cambia radicalmente el rumbo de sus vidas y de sus correspondientes estados de ánimo, y es ése mismo azar quien hace que ambos protagonistas se encuentren…
Jack se nos presenta en un principio como un personaje ególatra, narcisista, vanidoso y engreído. Es la personificación de un objeto que solo sirve para el espectáculo, casi inhumano. El asesinato de las siete mujeres en un restaurante de moda de la ciudad por un oyente suyo despierta su lado más humano. Entra en una depresión y comienza un aislamiento social que dura tres años, hasta el punto de querer suicidarse. El lado humano del personaje se ve en su sentimiento de culpa y en su deseo de redención ayudando a Perry. Es por ello que Jack representa un personaje redondo. Primeramente intenta ayudarlo con lo único que piensa que puede ayudarle: con dinero. Comprobado el desinterés de Perry por el donativo ayudará a éste a concertar una cita con su chica idolatrada, pero será cuando accede a ayudarle a conseguir la copa del “Santo Grial”, acción que considera absurda y carente de sentido, cuando se producirá la verdadera redención. Es en éste punto cuando se da cuenta de sus vínculos con los demás.
Este gesto no le transforma en una buena persona, sino más bien en un personaje redondo, capaz de volver a equivocarse y de pedir perdón.
Perry, en cambio, a raíz del asesinato de su mujer se esfuerza en borrar de su mente cualquier recuerdo anterior a este hecho y reacciona reinventándose, de forma quijotesca, en un “caballero andante” propio de las historias medievales que tan apasionadamente había leído y estudiado en los libros de literatura.
El hecho traumático representa un dolor que sólo no puede afrontar, un fantasma que le persigue y amenaza en cualquier nuevo reto que se proponga.
Su vocación de ayuda al prójimo, su sensibilidad, su generosidad y su sed de aventura y de libertad afloran y dan forma al caballero medieval que descubrimos en la película, “al príncipe de los ladrones” que combate, en silencio, cualquier injusticia de la que sea testigo.
La mendicidad y la locura quedan retratadas en esta película con gran sensibilidad . Nos hace tomar conciencia de ambas realidades utilizando el humor y el drama en su justa medida. Podemos apreciar la delgada línea que separa los estados “marginales” del individuo dentro de la sociedad de aquellos considerados como “cuerdos”, “cabales” o “normales”; de la misma forma que en la película experimentamos la realidad y la ficción intercaladas como si de un continuo se tratara.
Las personas sin hogar, los “sintecho”, o las personas en situación de calle, nos muestran nuestro fracaso como sociedad; el fracaso de nuestro sistema de valores capitalista. Ellos deberían recordarnos que nadie está exento de pasar por una experiencia similar, tal y como nos recuerda el personaje de Tom Waits, el personaje discapacitado de la estación de tren, dándose a sí mismo la función de semáforo moral:
“Un tipo trabaja 8 horas al día, 7 días a la semana. Se le hinchan las pelotas y empieza a dudar de la naturaleza de su existencia. Un día, a punto de salir su jefe le llama y le dice: “Bob, ven aquí y lámeme el culo”. Y él dice: “Al carajo. Me da igual lo que pase. Quiero ver la cara que pone cuando le clave las tijeras en el brazo”. Entonces piensa en mí. Dice: “Un momento. Tengo dos piernas y dos brazos. Y al menos no pido limosna”. Seguro que Bob deja las tijeras y saca la lengua. Yo soy una especie de semáforo moral. Es como si dijera: “Luz roja, no sigas”.

La película nos muestra los problemas de salud mental derivados de un trauma como una de las causas para que una persona termine viviendo en la calle, pero éstas pueden ser múltiples y encadenarse unas con otras hasta que la persona acaba en esta situación. Entre las causas suelen aparecer la ruptura de lazos afectivos, que pueden ser de tres tipos:
- Ruptura de lazos familiares y personales. Estas personas no tienen una relación habitual o no mantienen ya ningún contacto con su familia, ni directa ni indirectamente. Esto puede ser debido a la muerte de uno o varios de sus miembros, a una pelea familiar, a un divorcio, a la distancia física que les separa, a una adicción, a una enfermedad o a un trastorno físico o mental, etcétera.
- Ruptura de lazos laborales. Las personas sin hogar no tienen empleo o no tienen un empleo fijo que les proporcione ingresos estables, aunque probablemente lo tuvieron. (Se calcula que un 10-12 % de estas personas tiene estudios universitarios)
- Ruptura de lazos sociales. Las personas sin hogar (antes o después de llegar a esta situación) puede haber perdido sus amistades, pueden llegar a tener dificultades institucionales (problemas judiciales o con la policía). Esta ruptura puede ser gradual o brusca, en el caso de que los amigos le den la espalda y no acepten su situación.
Todas estas situaciones son factores estresantes y pueden tener las siguientes características:
- Suelen ser rupturas encadenadas: La pérdida del trabajo puede provocar que la persona pierda los lazos familiares o, a la inversa. Una ruptura familiar debida a la muerte de un ser querido, por una pelea, tras un maltrato psicológico o físico, o por una adicción, pueden llevar a la persona a perder también su trabajo por no poder realizarlo correctamente debido a sufrir una profunda depresión.
- Suelen ser rupturas traumáticas, provocando en la persona un alto sufrimiento psicológico . La propia voluntad de la persona puede verse debilitada de tal manera que ésta no encuentre motivación para volver a rehacer los lazos perdidos y a llevar una vida digna. La vida en la calle suele agravar aún más esta apatía.
- Suelen ser bruscas. Puede que la persona haya vivido varios grandes traumas encadenados y alejados en el tiempo durante su vida, pero probablemente uno de ellos le lleva directamente a la calle. Es decir, vivir en la calle no es algo premeditado, sino una solución precipitada para alejarse del dolor o la única opción tras ser expulsada de su lugar de residencia habitual. Este hecho lo vemos claramente reflejado en el personaje de Perry: la calle le aleja del dolor.
El auto-concepto que la persona tiene de si misma se va deteriorando llegando, en una gran mayoría de casos, a no sentirse dignos de ser ayudados, a no querer utilizar los recursos sociales, ni sanitarios, ni jurídicos que podrían apoyarlos. Según una encuesta realizada a personas sin hogar en el año 2012, los motivos que les llevaron a vivir en la calle fueron:
- (45% ) La perdida del trabajo.
- (26% ) El no poder hacer frente al pago del alojamiento.
- (21 %) La separación de su pareja.
En España las cifras de personas sin hogar oscilan entre 30.000 y 40.000, dependiendo de las fuentes. Mayoritariamente son hombres y se piensa que esto sucede porque las mujeres piden ayuda antes que ellos.
Por todos estos motivos, una de las acciones más urgentes en la búsqueda de una solución sería no prejuzgar y no estigmatizar a estas personas.
En la película Jack decide ayudar a Perry. Lo hace de muy diversas formas y con un único objetivo: ayudarse a sí mismo. En la parte final de la película, antes del último gesto de ayuda, desesperado, Jack exclama:
“(…)¡Quiero que sepas que si lo hago es porque quiero ayudarte!”
Todos podemos ayudar a estas personas, aportar nuestro granito de arena, ya que si lo hacemos vamos cambiando el sistema de valores que impera en la sociedad y:
- Nos protegemos a nosotros mismos concienciándonos de que en algún momento podríamos estar en su misma situación.
- Podemos gozar de la satisfacción que produce ver la transformación en positivo de una persona.
- Nos protegemos como especie.
- Adquirimos conciencia de pertenencia, de grupo
- Ponemos en práctica y descubrimos en nosotros valores pro-sociales como la solidaridad, la generosidad, la empatía.
- Nuestra autoestima sube
En la película se hace evidente la diferente forma de afrontar el hecho traumático por parte de los protagonistas principales. Por un lado, Perry afronta el hecho escapando de la realidad por medio de alucinaciones, delirios, etc., que le obligan a vivir en un mundo inventado salpicado de pinceladas de realidad que lo mortifican. Por otro lado, Jack lo afronta recluyéndose en el abandono y en el alcohol; se esconde del mundo que frecuentaba con un sentimiento de culpabilidad constante. Ambos tienen en común una red de apoyo primaria: a Perry es el conserje de su antigua vivienda quien le ofrece su ayuda cediéndole un lugar para hospedarse y protegiéndolo de su pasado, a Jack le acompaña Anne, su novia, con quien comparte piso, trabajo y recuerdos.

Las redes sociales de apoyo, entendidas como el conjunto de personas con las que se mantiene un contacto frecuente y un vínculo cercano, son efectivas en la recuperación del individuo por su relación con la Salud Social, que a su vez, es la forma en la que las personas se relacionan unas con otras. Éstas deben ser saludables y basarse en el respeto mutuo, la honestidad y la amabilidad, y debe de primar entre ellas una comunicación efectiva.
Tener una Red de Apoyo y una Salud Social saludable ayuda a las personas a ser menos susceptibles a enfermedades. El contacto humano saludable mejora los niveles de colesterol e inmunoglobulina A, ayudan a un mejor afronte a las situaciones de estrés, un mejor estado de ánimo; y de la misma manera, ayuda a una mejor productividad. Como se ve en la película, los personajes principales sobreviven al hecho traumático gracias a la ayuda de los amigos y de la novia, y es la amistad entre ambos protagonistas la que verdaderamente ayuda en el proceso de recuperación. En la vida real, las redes de apoyo pueden desarrollarse con un grupo de amigos, en talleres donde aprender con o enseñar a otros, dentro de los equipos de voluntariado, en gimnasios y centros deportivos, etc.
Hay gran cantidad de películas que tienen como tema principal la amistad entre dos personajes masculinos. Son conocidas como “Buddyfilms” y consisten en hacer que el tema principal de la película sea el desarrollo de la amistad entre dos varones y ver como ambos resuelven sus adversidades gracias a ella, eliminando el personaje de la mujer o dejándola en un lugar secundario. Ambos personajes, Jack y Perry, pueden verse como las dos caras de la misma moneda, al igual que sucede entre los personajes de El Quijote y Sancho Panza:
- Perry está íntimamente ligado al personaje de El Quijote, un personaje que se inventa un mundo fantástico, de otra época, y sueña con enemigos invisibles que le persiguen. De la misma forma, Perry entra en escena disfrazado de caballero, y proclama a Jack como “El Elegido” por Dios para encontrar el Santo Grial. Perry representa el deseo de aventura. Lo vemos como el héroe salvador y el defensor de las causas perdidas; un espíritu libre, seguro de sí mismo y con capacidad de imaginar un mundo diferente; y, al mismo tiempo, la película nos descubre sus debilidades y su incapacidad para aceptar la pérdida de su mujer.
- Jack, sin embargo, se equipararía al personaje de Sancho, es un personaje consciente de la realidad que le envuelve, apegado a la misma y deprimido por esa consciencia, con templanza, que se va a introduciendo en la “locura” de Perry. Vemos una “quijotización” paulatina del personaje de Jack a lo largo de la película.
Ambos podrían representar la lucha interna del individuo, la razón y la locura pugnando por encontrar el equilibrio.

La amistad entre Jack y Perry revela un vínculo muy fuerte entre los dos personajes contrarios, a priori, y unidos por un episodio traumático. A través de éste vínculo emocional tan fuerte será la forma en que ambos personajes sean capaces de empezar a curar sus “heridas”. Anne, en los momentos finales de la película declara que “El amor lo cura todo… el amor a los demás”
Jack y Perry son personajes excepcionales dentro de una sociedad individualista., una sociedad que corre hacia delante, que avanza a cualquier precio, incluso si para ello tiene que pisar al que tiene al lado. El único propósito es el triunfo individual. En este tipo de sociedad en la que no existe la empatía, no se desarrollan tampoco vínculos verdaderos entre las personas. Hay imágenes constantes en la película que reflejan esta idea. Como ejemplos podemos ver a la gente caminando sin ni siquiera mirarse entre sí, o a mendigos andando rápido; un grupo de chicos que apalean a los mendigos porque no quieren ver esa imagen en su barrio, o la imagen del psiquiátrico en la que los médicos no muestran interés por el estado de sus pacientes y, en cambio, se acercan con entusiasmo a la llegada del repartidor de pizzas.
La película nos deja una serie de interrogantes: ¿Cuál será el destino de los personajes? ¿Volverá Jack a su vida de éxito o volcará su vida en la ayuda de los desamparados? ¿Hemos conocido a personajes como los descritos en la película en nuestro día a día? ¿Qué tipo de relación hemos establecido con ellos? ¿Somos capaces de crear vínculos afectivos? ¿Realmente nos esforzamos en crearlos? ¿Creéis que existe el espacio y el tiempo necesarios para crear una amistad real en una sociedad individualista, capitalista, basada en el dinero, la fama y el éxito? ¿Estamos dispuestos a prestar una ayuda desinteresada a quien lo necesita?

Terry Guilliam, en una de sus declaraciones compartida al inicio de este artículo afirmaba: “Creo que el cine debe estimular al público a pensar de modo distinto. Hay quien lo hace mediante el escándalo pero a mí me interesa cambiar el punto de vista lentamente, poner nervioso al público, preocuparlo hasta que se pregunte: ¿Pero qué está pasando?”
Nosotros consideramos que con esta película consiguió su propósito.
un comentario
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