Un Lienzo de sueños
“El Ángel”
Por voluntario de la Fundación SoyComotu
“…Rompes la oscuridad de mis noches apareciendo caprichosamente cuando se te antoja. Rodeado de luz, iluminas mi estancia con colores de infinidad de tonos distintos. De rojos, de azules, de verdes y amarillos… Como en un torbellino de oro.
No eres tan raro para ser un producto de mi imaginación. Tan simple me resultas como las extrañas ideas que se me pasan por la sesera.
Un niño alado, sin manos ni pies. Solo cabeza y un delicado cuerpo. En la cabeza lo llevas todo; tu luz, tu espíritu y tu mundo. Tu cuerpo, reflejo de esa fuerza vital que emanas, está cerrado por muñones. Cabos cauterizados que impiden el más mínimo rezume de la impetuosidad que recorre la burbuja luminosa en que te has convertido.
Las manos no las necesitas, ya te bastas con los gestos de tu aniñada cara, pero no verlas me intranquiliza. ¿Cuál es la labor que has venido a hacer aquí? ¿Y tus pies? ¿Sobre qué pilares sustentas tus intenciones? Vuelas de aquí para allá, tan etéreo, pero al tiempo tan absurdo. Eres como siempre. Con ese batir agitado que me hace reconocerte a la primera.
Sé que no eres malo. Pero nunca crecerás. No conocer la gravedad de las cosas es lo que tiene. Y eso es lo que te hace tan voluble, tan poco fiable. Eso, al fin y al cabo, es lo que rechazo de ti…”.