La tercera edición del periódico PUENTES se centra en la perversa relación existente entre las situaciones de exclusión social y pobreza y la condición de vivir un problema de salud mental.
La Organización Mundial de la Salud afirmaba en 2007 que la relación existente entre pobreza y enfermedad mental se caracteriza por una retrolimentación negativa. Es decir, la pobreza aumenta el riesgo de tener un problema de salud mental y tener un problema de salud mental aumenta el riesgo de encontrarse en una situación de pobreza. Para profundizar en este complejo tema hemos contado con la suerte de poder entrevistar a Guillermo, voz autorizada en estos temas tanto por su trayectoria vital como por su actual situación de exclusión residencial, su diagnóstico en salud mental y su condición de activista en la lucha contra la pobreza y la exclusión social.
En esta entrevista, Guillermo nos cuenta ciertos acontecimientos de su vida y nos acompaña por las grietas del sistema socioeconómico- más económico que social, enfatiza Guillermo cuando se usa esta palabra-, en el que vivimos y que han marcado su destino y el de muchas otras personas. Y, de alguna manera, su relato nos sirve para observar la realidad con una mirada amplia, saber dónde estamos y entender de dónde venimos. “El pasado es presente”, como bien dice nuestro entrevistado.
Guillermo llegó a nuestra reunión con un improvisado bastón hecho con el palo de una cortina. Esta anécdota ilustra, desde el primer momento, a un hombre que se ha buscado la vida desde hace muchos años y está en condiciones de sentar cátedra en lo a que buscarse la vida se refiere.
Las palabras de Guillermo en esta entrevista vinieron con marca propia, sello de autenticidad y sin edulcorantes. El sabor de sus palabras es el que es, si no te gusta no hay posibilidad de devolución ni de reclamación. Por desgracia, no todo lo que se dijo en esa entrevista aparece reflejado en estas líneas, fundamentalmente por motivos de espacio. Guillermo es un gran conversador, por ello, algunos detalles se quedarán en la mente de los participantes que acudieron al taller de activismo para escucharle.
La historia de Guillermo empieza en un pequeño pueblo de Segovia. Sus padres le adoptaron en un hospicio en Zamora cuando tenía 5 años. El hecho de ser un niño adoptado marcó sus relaciones en el pueblo ya que fue señalado y rechazado por ello. De igual manera, pasó en su familia extensa salvo pocas excepciones. Por parte de sus padres, Guillermo recibió el afecto que necesitaba pero fallecieron pronto, eran ya mayores cuando le adoptaron.
El paso por el hospicio fue para él como un encarcelamiento, hecho que posteriormente se convertiría en motor de sus ansias de libertad y que explicaría que a una temprana edad, 17 años, decidiera abandonar el hogar familiar. Sin embargo, no tardaría mucho en volver a casa y con hambre, como bien predijo su padre. Mas tampoco tardó mucho en volver a marcharse en busca de esa ansiada libertad.
Como procedía en aquellos tiempos, llegó el momento del servicio militar y ahí fue donde tuvo su primer contacto, o, más bien, encontronazo con el mundo de la psiquiatría. Guillermo fue internado en el Hospital Central de la Defensa Gómez Ulla por insultar a altos mandos. Durante este encarcelamiento psiquiátrico le diagnosticaron “aversión al mando” con su correspondiente medicación. Por supuesto, Guillermo se las ingenió para hacerles creer que se tomaba la medicación…
Aún sin acabar la prueba que supuso el servicio militar apareció otro elemento en su historia de vida: las drogas. Durante y después del servicio militar, nos cuenta Guillermo que consumió de todo: cocaína, ácidos, alcohol, etc. De todas estas drogas con la que más sufrió fue con el alcohol, hasta que un día, con cuarenta años decidió dejarlo y hasta hoy se ha mantenido sin consumir. Para ello, accedió a un centro de desintoxicación en Valencia.
Con esta mochila a sus espaldas, Guillermo siguió su camino que le llevó a muchas partes de España. En Lérida mantuvo durante años su trabajo en la recolección de fruta. Más de diez años cotizados a la seguridad social dan fe de ello y toda una vida trabajando en distintas empresas en las que no siempre era da dado de alta.
Segovia, Lérida, Bilbao, Sevilla, Málaga, Murcia y un largo etcétera. Son muchas las ciudades en las que Guillermo ha vivido y le han permitido acumular experiencias y sabiduría de todo tipo. De Murcia tiene mucho que decir y tiene muy claro que no le gusta escuchar: “no das el perfil”. Guillermo nos habla de los continuos rechazos vividos y sobre su firme voluntad de no volver a sufrirlos, por muy importante que sea la persona, por muy grande que sea la entidad o por muy administración pública que sea.
El motor de Guillermo es la lucha por la igualdad. Esto le ha llevado a involucrarse en asociaciones del tercer sector o en EAPN – Región de Murcia, Red de Asociaciones que luchan contra la pobreza y la exclusión social.
“Hacer algo y que le sirva a alguien”, así define Guillermo su activismo. Y ya lo creo que sirve. No hace mucho y tras años de una intensa lucha en la que Guillermo participó, se consiguió la publicación del reglamento de Renta Básica de Inserción de la Región de Murcia, que entre otras medidas aumentaba su cuantía hasta 430 euros. Cantidad económica que Guillermo no tarda en cuestionar y no es para menos, la OMS afirma que la prevalencia de la depresión es entre 1,5 y 2 veces mayor en los grupos de población con ingresos más bajos. La lucha contra la pobreza y la exclusión social por lo tanto debe continuar.
Guillermo es usuario de Salud Mental en Murcia y es diagnosticado de trastorno de la personalidad y depresión recurrente. Actualmente pernocta en el Albergue de Jesús Abandonado y come y cena en el comedor social. Para él esta situación no es plato de buen gusto. Pero no habla de sí mismo, se refiere a lo que ve, a las personas que se encuentra, personas que sufren carencias y problemáticas derivadas de adicciones, problemas de salud mental, etc. A día de hoy, se encuentra a la espera de que la administración resuelva positivamente la Renta Básica de Inserción que ha solicitado. Cuando cobre se alquilará una habitación. Mientras tanto su compromiso con la igualdad continúa.
El breve resumen de la historia de vida recogida en estas líneas no nos habla únicamente de pobreza en términos de carencias materiales. Esta historia es también una historia de rechazo, de consumo de drogas, de violencia social, de violencia estructural y de discriminación. Como afirma Guillermo, la pobreza, la exclusión social y los problemas de salud mental son conceptos que van de la mano. Esta evidencia confirmada por diversas investigaciones refuerza la necesidad de seguir acercándonos al concepto de salud mental pero desde un punto de vista holístico que nos permita analizar la suma de todos los factores que influyen en nuestra salud y poder establecer planes de prevención eficientes y eficaces.