Por María Gutiérrez
La vida de Miley Cyrus siempre ha girado en torno al show televisivo. Saltó a la fama como Hannah Montana a los 14 años y años después cambió su estilo de forma radical siendo hoy en día un referente en el ámbito musical.
La exigencia del mundo del espectáculo la ha llevado a sufrir ansiedad y depresión: “a lo largo de mi vida he tenido ansiedad y depresión y gran parte de ello provenía de mi aspecto físico. Mi madre era una reina de la belleza, igual que mi abuela, así que me programaron así. Ahora intento que no me importe una mierda. Si eres lo suficientemente divertida y segura de ti misma, eso es lo que te hará sentirte guapa”.
Cuando nos sentimos constantemente presionados por cumplir exigentes expectativas por gustarle a los demás, nos olvidamos de lo que realmente queremos nosotros y lo que nos hace felices.
La fama de Miley no sólo le ha afectado a ella, su hermana menor Noah Cyrus también ha sufrido por la popularidad de Miley. Noah, también cantante, ha admitido en varias entrevistas que siempre ha vivido a la sombra de su hermana mayor y que constantemente se sentía infravalorada: “Siento que solo por haber nacido en esta familia, todo el mundo me hizo pasar un mal rato por ser la hermana pequeña de Miley”.
La hermana menor confiesa que sufre depresión, ansiedad y ataques de pánico por el bulliyng recibido en redes sociales. “Siempre me sentí como si fuera esa persona a la que nadie le importaba una mierda debido a lo que la gente me decía en internet. Era absolutamente insoportable”, “Eso fue algo que escuché toda mi vida, cada día. Era eso o que yo no era lo suficientemente buena, ya fuera por mi aspecto o por mi forma de ser. A veces siento que ni siquiera respiro bien”.
En 2019 Noah presentaba su single LONELY cuyos beneficios fueron en apoyo de The Jed Foundation, una organización sin ánimo de lucro que se encarga de salvaguardar la salud emocional y de prevenir el suicido en adolescentes de América. Noah lo comunicaba de esta manera: “Es algo que me toca muy de cerca. He batallado contra la ansiedad y la depresión desde que tenía 10 u 11 años. Así que creo que es un gran tema. Una de las cosas por las que siempre he querido usar mi plataforma es para hablar de la salud mental y ayudar a los jóvenes adultos de América y de todo el mundo para que sepan que no están solos”.
Las redes sociales son un arma de doble filo ya que nos ocasionan una presión de la que no somos conscientes hasta que se convierte en depresión o ansiedad. Así lo explican en un estudio llevado a cabo por el grupo de Psicometría de la Universidad de Oviedo.
En la introducción de la investigación detallan que, “por un lado, las redes nos proporcionan apoyo social y nos permiten mantener el contacto con personas que no tenemos cerca como ha ocurrido en el confinamiento, pero también tienen un fuerte componente de comparación social (por ejemplo, considerar mis amigos tienen una vida mejor), física (creer que uno tiene contactos más delgados) y con una gran capacidad para ‘enganchar’ al usuario, al llegar a perder la noción del tiempo”.
Nuevamente resaltamos la importancia de educar a los más jóvenes en aspectos de salud mental para prevenir conductas que puedan desembocar en trastornos y para saber dar apoyo a las personas diversas en salud mental. Con testimonios como los de las hermanas Cyrus y financiando investigaciones como la llevada a cabo en la Universidad de Oviedo, se ayuda en la lucha contra el estigma en salud mental.