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Por Mireya Martínez, voluntaria, activista y monitora del Taller Nutre tu Mente de Fundación SOYCOMOTÚ

La mañana del pasado sábado 15 de febrero de 2025, los y las participantes del Espacio de encuentro “Nutre tu Mente” pudimos unirnos a miembros de la Asociación El Ascensor, con la que estamos hermanados, para visitar el Museo Salzillo.

Esta es una de las actividades que complementan y enriquecen el Programa de talleres de formación inclusiva, participación social y creatividad de Fundación SOYCOMOTÚ. Se denomina Inter-Accionando con la Comunidad. En este caso, hemos interaccionado con participantes de la Asociación de Trastorno Bipolar en un espacio cultural muy especial, el del Museo Salzillo.

Un total de dieciocho personas participamos en una visita guiada por el Museo del famoso escultor murciano que, para sorpresa de muchos, era hijo de un escultor italiano, más concretamente napolitano.

En el museo, pudimos ver los ochos pasos que, durante la Semana Santa, alumbran con su belleza las calles de la ciudad de Murcia. Quizá el paso de la última cena sea el más famoso. Nos impresionó mucho poder verlo tan de cerca y apreciar la expresividad de los rostros, el detalle y la capacidad de transmitir emociones cuando observábamos las caras de cada una de las figuras.

Francisco Salzillo es el artista más influyente del Barroco del Siglo XVIII en Murcia. Desde pequeño, mostró mucho interés por la escultura en el taller de su padre Nicola Salzillo.

El Belén tradicional murciano del siglo XVIII representaba las personas de la huerta murciana, su vida cotidiana, su entorno. Figuras hechas a mano con barro y pigmentos. Es un belén narrativo que comienza con la Anunciación. El Belén más importante del Barroco español

El Belén Napolitano nos pareció maravilloso, espectacular, realizado por los Hermanos García de Castro; también se puede contemplar en el Museo desde hace pocos años. El guía del museo nos explicó las diferencias con un Belén tradicional murciano.

Todos disfrutamos mucho de la visita, salimos muy contentos y satisfechos, vimos cosas que conocíamos menos y aprendimos sobre ellas. Porque el arte nutre la mente también.