Por Rafael Escudero Calmache, profesor de Teatro y Escritura de Fundación SOYCOMOTÚ
Participantes del Taller de Interpretación y Creación escénica I y II, y del Taller de Escritura Creativa han participado en una actividad incluida dentro del Programa de Talleres de Formación Inclusiva, Participación Social y Creatividad SOYCOMOTÚ: Inter-Accionando con la comunidad. En esta ocasión la actividad ha consistido en un salida al centro de la ciudad para asistir a una Charla sobre asesinos en serie y los formatos audiovisuales basados en casos reales.
En los talleres de Teatro estamos realizando ejercicios de improvisación basados en asesinos y detectives, y en los talleres de escritura hemos comenzado el género policiaco analizando el Caso Sancho. Ha sido una buena forma de compartir conocimientos y resolver dudas con el profesor de Criminología de la Universidad de Murcia, Alberto Pintado, en el Espacio Cultural del Corte Inglés el pasado martes 29 de octubre a las 18:30h.
El profesor Peinado ha hablado sobre los principales asesinos en serie representados en la pantalla: Dahmer, Ted Bundy, Richard Ramirez,… y ha hablado sobre Issei Sagawa, el caníbal japonés, que se convirtió en una estrella. Se ha tratado sobre la sexualización del criminal, la hibristofilia, y cómo esos asesinos se convierten en personajes atractivos ante los ojos de gente joven o amantes del crimen.
En la charla han surgido diversos debates, entre ellos ¿pueden los formatos audiovisuales estimular el surgimiento de asesinos y de violencia? El profesor Pintado defiende la teoría de que la violencia genera violencia, pero, obviando que la violencia del True Crime es una representación, basada en hechos reales, pero una representación. En mi opinión, el arte de la presentación y representación, trabajo que hacen actores, guionistas, directores,… favorece el surgimiento de un área de seguridad para el espectador, un espacio de ficción donde empatizamos ante las víctimas en la mayoría de los casos, y por ello gritamos y damos un bote en la butaca.
Ya se ha estudiado por qué el género de terror es uno de los más vistos y persiste a lo largo del tiempo, tanto en la literatura como en el cine. El terror ejercita nuestro cerebro, se produce quema de calorías por el aumento de adrenalina, fortalece el sistema inmunológico, ayuda a lidiar con el estrés y desarrolla habilidades para enfrentarse a situaciones extremas. Esto me lleva a la pregunta ¿Acaso ha generado Cervantes personas que se lancen contra los molinos de viento? El tercer espacio o espacio potencial de Winnicott, un espacio entre los real y lo imaginario, nos permite el error y ensayo, experimentar en un mundo de fantasía donde puedes ser un vampiro sin necesidad de morderle el cuello a nadie ¿No son las artes este tercer espacio? ¿Por qué eliminar un espacio de seguridad y dejar al ciudadano sólo ante la cruda realidad?