Por María Gutiérrez
El cantante colombiano J. Balvin en 2019 comunicó públicamente su paso por la depresión. La intensidad de trabajo, el estrés y la exposición pública hicieron que Balvin cayera en una profunda depresión en 2015. Desde ese entonces ha hablado varias veces sobre la depresión, con el fin de derribar los mitos que hay en torno a la enfermedad. En sus palabras, la depresión “es un problema de salud mental muy serio, no pueden confundir la tristeza con la depresión, la tristeza es un sentimiento derivado de una situación que te hizo sentir mal”.
El artista apoya la lucha contra el estigma en salud mental con su testimonio: “La depresión nos puede pasar a todos (…) y hay ayuda profesional para eso”.
Años después de la depresión, en 2019, Balvin comunica que sufre ansiedad: “No es fácil, pero esto también pasará, todo guerrero ahí afuera está pasando por lo mismo que yo. ¡Ve, busca ayuda! (…); busca ayuda que la salud mental es una realidad, aquí seguimos luchando para encontrar la luz y pido por sus oraciones para mí y para quienes lo padecen”. De nuevo, el cantante de fama mundial resalta la importancia de pedir ayuda y contar con apoyo profesional.
En la actualidad, la depresión es una de las enfermedades más frecuentes en todo el mundo, llegando a afectar a más de 300 millones de personas. Esta enfermedad puede dificultar gravemente la vida laboral, escolar y familiar de quienes la padecen. Su estado más crítico puede desembocar en suicidio. Según la OMS, “para el año 2030 la depresión sería la principal causa de discapacidad en todo el mundo”.
La ansiedad es la sexta causa de discapacidad laboral en el mundo. Entre 1990 y 2013, el número de personas con depresión o ansiedad ha aumentado aproximadamente un 50%, de 416 millones a 615 millones. Cerca de un 10% de la población mundial está afectada, y los trastornos mentales representan un 30% de la carga mundial de enfermedad no mortal.
Gracias a testimonios de personajes famosos como el de J. Balvin, se da visibilidad a la diversidad en salud mental y se derriban mitos que perjudican la recuperación. Además, sirven como medio de información sobre estas enfermedades, las personas que las padecen sienten consuelo al ver que no están solas y aquellas personas que no han pasado por un problema de salud mental pueden entender mejor lo que estos diagnósticos suponen para quiénes los padecen.